Soy
un gato, me llaman Gatufo y no se el motivo. Nosotros no ponemos
nombres a nada pues cada cosa tiene su esencia única e irrepetible.
No
soy un gato común, puedo contaros cosas e incluso recordar mi vida y es
justo lo que voy hacer ahora y aunque no sea yo exactamente quien lo
hace, es emiliano, para el caso es lo mísmo pues voy poniendo en su coco
lo que deseo decir.
Nací
en Madrid, hacia el mes de Diciembre de 2010, pero no lo tengo claro
pues casi no recuerdo nada de ese momento. Era muy pequeño y no habían
pasado dos meses cuando fui abandonado en un espacio muy grande lleno de
árboles que se llama “Casa de Campo”, había miles de gatos y perros
abandonados, de todas la edades y tamaños, muchos de ellos estaban
enfermos y muy tristes pues no entendían por qué les habían llevado a
ese lugar y ya nunca veían a sus seres queridos.Se morían muchos, de
hambre, de frio y de tristeza.
Yo
casi me muero también, era muy chiquitín y tenía mucho miedo de toda
aquella informe manada de desventurados. Luego me enteré de que
estábamos en plena “crisis” que no se muy bien lo que es aunque si se
las consecuencias que tiene esa cosa.
Una
de las consecuencias es que los gatos, perros y otras especies salen de
las casas de los humanos porque estos no pueden, o no tienen humor,
para mantenerlos.
Como decía casi me muero, de hambre y sobre todo de frio.
Tiritaba,
aún encogido no encontraba forma de entrar en calor, así que me subí a
un árbol y empecé a maullar, lo mas fuerte que podía aunque me di cuenta
que enseguida me iban a faltar las fuerzas para seguir haciéndolo mucho
rato.
No hizo falta, pasó por allí un humano y sobresaltado por mi maullidos miró hacia lo alto y me vio encaramado a una rama.
Menos mal que no era muy alta, mis fuerzas no daban para más, así que con facilidad me agarró, me acarició y sentí mucho calor.
Enseguida
me encontré en otro lugar cerrado y cálido, dentro de un recinto mas
pequeño todavía que llaman caja. Había un tejido suave, agradable que me
daba calor, y así pude descansar y comer durante no se cuanto. Los
gatos no tenemos tiempo, eso no existe para nosotros. Nunca tenemos
prisa para nada, procuramos dormir y comer siempre que nos apetece y si
estamos despiertos disfrutar, cazar y jugar. Siempre estamos dispuestos a
pasarlo bien y aun teniendo memoria vivimos el momento presente de
forma intensa.
No
se como pero tenía algo muy rico para comer y también agua para beber,
que bien se estaba allí. Me sentía feliz, un sitio cálido y afecto a mi
alrededor.
Por
poco rato, no habían pasado dos días y volví a sentirme cogido, movido y
trasladado a otro sitio nuevo que me pareció mas agradable todavía.
No
había tanto ruido, los dos humanos que me habían llevado allí tardaron
poco en marcharse y me quedé solo, ningún otro gato o perro cercano,
pero con dos humanos con un olor sumamente agradable que me tranquilizó
al momento.
Como
es lógico enseguida empecé a recorrer el nuevo sitio que iba a ser mi
hogar, si ahora si, ya no iba a ser trasladado o abandonado nunca más.
Los
nuevos bichos gran-dotes, humanos, me demostraban mucho cariño y
atención, me cogían, me dedicaban sonidos que no entendía, y me pusieron
nuevamente una comida muy rica y toda el agua que quería.
Acabé
subido en un sitio grande, mullido, muy parecido en el olor y tacto a
lo que había en la caja. No tuve ningún reparo en mear allí, cosa que
luego comprobé al humano que llaman emiliano no le gustó nada. Me riñó y
yo no sabía el motivo.
Me
llevó a otra caja llena de arena y me indicó que ese era el sitio para
mear y otras funciones. Genial así podía esconder todos mis restos y no
dejar pistas u olores a ningún otro bicho que apareciera por allí.
Al
otro humano le llaman cuca, tampoco se el motivo, y es igualmente de
afectivo y cariñoso conmigo. Aunque cuca no me pone comida, ni se agacha
a cogerme, y de momento me acaricia poco. Se le nota que no tiene
costumbre de tratar con gatos, pero ya ira cambiando.
Con
cuca ocurre algo diferente a con emiliano, da la sensación de que ella
no está bien del todo, es lenta muy lenta, se pasa mucho rato sentada y
es el quien al igual que hace conmigo la cuida, le trae comida y le
presta ayuda cuando cuca no puede levantarse por si sola. Dicen cosas
que yo de momento no acabo de entender, pero es cuestión de tiempo y
paciencia con ellos.
Son
unos bichos grandes y algo mas raros que algunos otros que aparecen,
nadie sabe de donde, de repente en el lugar que llaman casa.
Hago memoria y recuerdo bien mi primer día con cuca y emiliano, fue feliz, el comienzo de una buena amistad que de momento dura.
Ya
seguiré mas adelante, pues me fijo en todo, escucho todo lo que dicen y
me voy enterando de muchísimas cosas de las que suceden a mi alrededor.
el Gatufo.
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